miércoles, octubre 01, 2008

¿Te gustan las croquetas?

Hacía mucho que no escribía, pero, tran poner "Matar a todos los humanos" en google (sí, me aburría, ¿pasa algo?) he encontrado esta entrada del blog de alguien y he pensado que el tema merecía reflexión.

El post habla sobre el polémico anuncio (que por cierto no hemos podido ver) en el que un hombre está hablando con su psicóloga y ésta le dice que abandone a su mujer. Él, para defender su postura de seguir con ella, alega que hace unas croquetas de aupa. Para colmo, el anuncio era de Letras del Tesoro, así que ni siquiera el gobierno tiene control sobre su propia publicidad, que ya es para nota. Además, y por si esto no fuera suficiente, han decidido que van a penalizar a todas las empresas de publicidad que reproduzcan estereotipos masculinos y femeninos.



Yo, con la pinta que tienen, también me degradaría...


Lo que no me ha quedado claro es si se pueden reproducir en caso de que el rol lo realice el otro sexo. Por ejemplo, habrá que penalizar a una mujer que salga limpiando su casa, porque eso es un estereotipo sexista; sin embargo, ¿podrémos ver a un hombre limpiando la casa? ¿Veremos a un hombre dando de mamar a un bebé? ¿Pondrán a una mujer haciendo una competición de a ver quién mea más lejos?

Recuerdo un anuncio que en su día me encantó en el que salía un hombre siguiendo un rastro de prendas femeninas bastante insinuante y, cuando llegaba al final, era una treta de su pareja para que pusiera la lavadora. Supongo que ése ahora sería catalogado de sexista también. Es un extereotipo que los hombres sean unos dejados en las labores del hogar.

Creo que estamos alcanzando niveles de absurdo sin precedentes. Cualquier día prohibirán el maquillaje, los tacones, las corbatas, los gemelos... Porque son parte del estereotipo de masculino y femenino. La otra opción es que empecemos a ver hombres con falda en televisión, al estilo escocés. Igual estaría gracioso, pero me parece excesivo.

En última instancia, creo que el gobierno sigue haciendo el ridículo con sus ministerios absurdos, por los que todos pagamos. Por supuesto, tienen que dar la nota para que nos acordemos de la buena idea que ha sido crearlos y veamos lo bien invertido que está el dinero de los españoles, mientras siguen incumpliendo sus promesas de ayudas a las personas con dependencia (para ejemplo un botón) y recortando las partidas presupuestarias de sanidad y educación.

Si quieren igualdad, más puestos de trabajo para todos, más pisos de protección oficial, más plazas públicas en guarderías y colegios, más becas para las personas que tienen que abandonar la educación por falta de medios, más medidas razonables y menos dinero tirado en estupideces.

(Por cierto, tienen gracia que vayamos a pagar por segunda vez un anuncio -porque tendrán que hacer otro- para publicitar la deuda pública).

lunes, julio 21, 2008

Amigos para siempre...



Hace siglos que no escribo y, dado que ya tengo internet en casa, creo que es el momento de retomar mi blog. Últimamente se había convertido en una memoria de viajes y creo que merece ser algo más que eso.

Hoy os quiero hablar de mis amigos. No voy a dar nombres, ni nada por el estilo, pero son las personas que están ahí siempre que las necesito y se merecen este reconocimiento.

Empecemos por los orígenes, donde encontramos a los llamados "amigos de la infancia". De éstos, conservo alguno, aunque la mayoría han pasado a ser personas casi desconocidas que, cuando me encuentro por la calle (cosa que pasa de eón en eón) tardan un ratillo en ponerme al día de qué han hecho durante los últimos años y, como han sido tantas cosas, llega un momento en que ya no sabes de qué hablar. Sin embargo, ahí están también los que siguen cerca y aquellos con los que, aunque haga tiempo que no veo, siempre me siento cómoda y parece todo el tiempo del mundo se nos queda pequeño para recordar lo antiguo, ponernos al día y compartir la actualidad.

"Después llegaron las citas, los bares, los cines..." ("Una partida de risk", Tontxu) La adolescencia, vaya. Y ahí todo se complicó. Los amigos se mezclaron con los desconocidos, hicimos grupos, los rompimos y los volvimos a crear. Y ahí seguían los amigos de siempre dando guerra. De esta época conservo recuerdos y amigos inolvidables, incluido el primer chico con el que salí y que hoy sigue siendo amigo mío, aunque nos vemos poco. Son personas que aún te encuentras por la calle de cuando en cuando y, aunque con algunos te sientas distante, parece que siempre hay noticias sobre el resto de la gente con la que compartimos algunos de los años más divertidos de nuestras vidas. Y, bueno, si no, siempre quedan los miles de anécdotas sobre unos y otros, sobre profesores, compañeros, chicos/as que nos gustaron, parejas de aquel entonces...

Con el instituto, entró en mi vida mi parroquia, que no me ha abandonado hasta hoy, igual que no lo han hecho las personas que, a través de los años, fueron dejando de ser compañeros para convertirse en amigos y, en muchos casos, en hermanos. Ahí sí que da igual el tiempo o lo que haya pasado, compartimos cosas tan intensas que nadie puede poner en duda el amor que nos tuvimos y, claro, "tú ama que algo queda".



Luego están los amigos de la universidad, más los que llevamos acumulados de antes. Sólo un grupo selecto de compañeros de la carrera puede hacerse hueco en el corazón de cada uno. Éramos muchos, aunque bien avenidos, pero cada uno luchaba sus guerras y no siempre existía esa identificación de grupo que podíamos encontrar en el instituto. Los amigos que hice tienen un lugar muy especial en mi corazón y sigo sintiendo interés por la vida de aquellos compañeros que, apreciándolos, no puedo considerar amigos. Fueron años felices de mucho trabajo y diversión.

Fue una época aperturista y llegaron a mi vida muchas personas desde distintos frentes. Algunos fueron parte de esa red de contactos que uno hace mezclando compañeros de facultad de algunos amigos. Salían grupos heterogéneos y vairopintos llenos de riqueza. También estaban las peregrinaciones, en las que recorrí miles de kilómetros y donde conocí a algunas de las personas que más han impactado y cambiado mi vida. Finalmente, está internet. Sí, sí, lo reconozco, he hecho amigos en internet. Algunos cercanos, otros lejanos, pero también importantes.

Como voluntaria, también hice mis amistades y, gracias a Dios, aún queda alguno por ahí con el que sigo teniendo trato, especialmente a través de la red de redes. Eran personas estupendas y siguen siéndolo.

Tras el salto a la vida laboral, pasaron muchas cosas. Yo estaba acostumbrada a rodearme de amigos y personas importanes (y, si no, ya estaban en fase de convertirse en parte de ese grupo) y casi me la pego contra la primera pared. Fue extraño pasar de colaborar con gente que lucha por lo mismo que tú a luchar con gente que quiere cumplir con su parte y poco más. Supongo que eso fue lo que me hizo decidirme por el sitio en el que trabajo: Encontré la gente con la que quería trabajar y un proyecto que me ilusionaba y me lancé. A veces ha sido duro, pero estoy contenta de los resultados. Hay quien empezó como compañero y hoy es amigo; y quien sólo se ha quedado en compañero, pero sin que eso signifique que no sea importante para mí. Aún no he encontrado a nadie que me haya dado la espalda cuando le he necesitado y es algo que merece la pena ser agradecido.

Hice mención de mi primer chico, pero creo que también merecen reconocimiento los que vinieron después y a los que, como buenos amigos que son, sigo queriendo con locura y con los que sigo teniendo una relación maravillosa y que estimo como una de las piedras anguales de mi vida. Sin ellos, que son las personas con las que con más intensidad he compartido momentos puntuales de mi vida (algunos de ellos tan importantes que me cambiaron para siempre), me faltaría algo esencial e irremplazable.

Por supuesto, mi actual novio es el amigo con el que estoy haciendo la apuesta más fuerte en este momento, tanto en tiempo, como en esfuerzos. Espero que nos lleve a algo grande (formar una familia), pero, aunque sólo quedemos como amigos, ¡qué amistad tan maravillosa estamos compartiendo!

Finalmente, debo recordar a aquellos amigos que ya no están con nosotros. Sé que no me han dejado y sigo hablando con ellos de vez en cuando en mis oraciones y, a su manera, siempre me responden. María, Jorge y Santi siempre estarán en mi corazón. Especialmente éste último, que fue mi guía y acompañante de camino durante años y con quien rezo con frecuencia, porque era (y es) un Santo.

GRACIAS A TODOS.

jueves, enero 31, 2008

¿Norte vs Sur?

Hacía mucho que no escribía, más de un mes. Esto de no tener internet en casa limita bastante.

Acabo de leer una entrevista a un inmigrante que pronto será repatriado a su país y, tras hacerlo, me he quedado con la sensación de que somos muy egoístas al no dar salida a esas personas de sus situaciones de pobreza. En este caso, además, su padre y hermanos habían muerto, dos de ellos asesinados, y no sabía nada de su madre desde que emprendió su viaje a la "tierra prometida".

El problema es que no llegó a tierra, ni se cumplieron las promesas. La mafia prometió llevarle legalmente a Gran Bretaña, pero le embarcaron hacia Italia y, por supuesto, sin papeles. Al final, su destino es volver a una tierra en la que nada le queda, pues incluso sus casa y sus animales tuvo que vender para pagar el primer plazo del viaje. Tiene miedo, porque a donde va ya sólo le esperan el olvido y la muerte. No tiene familia, ni hogar, ni esperanza... Lo ha perdido todo. Sin embargo, no se arrepiente de haberlo intentado. "Nuestro único crimen es querer un lugar seguro donde vivir."

¿No es justo lo que pide? Y, sin embargo... ¿Podemos permitirnos abrir nuestras fronteras y dejar que venga quien quiera?



Creo que la respuesta es "no". Si dejáramos que viniera quien quisiera, pronto tendríamos unos niveles de paro y marginación aún más grandes que los que tenemos y, en realidad, estamos en el principio de una depresión económica que nos va a afectar a todos. Puede sonar egoísta, pero creo que no tiene sentido dejar entrar la más pobreza de la que nosotros solo generamos y, sin embargo, esas personas merecen algo mejor.

El problema de la inmigración es complejo, porque hay zonas ricas donde se vive con comodidades y, ¿no te irías tú a pedir al metro de una gran ciudad de otro país si con eso pudieras mantener mejor a tu familia que con tres sueldos ganados con mucho esfuerzo en tu lugar de origen? ¿No es legítimo desear algo mejor?

Como el problema es complejo, también lo es la solución. El tema de las cuotas de inmigración y todo eso está muy bien, pero la mejor forma de contener los flujos migratorios ilegales es conseguir que no salgan de su país. Y no, no me refiero a que hundamos sus embarcaciones cuando entren en nuestras aguas nacionales, ni a que quememos todas las barquichuelas de África. La solución es que esas personas no sientan esa necesidad de salir de sus casas, porque allí puedan tener una vida digna que les ayude a tirar para delante y a no tener esas carencias.

Los inmigrantes nunca son lo más pobre de su tierra, sino, generalmente, personas con niveles económicos un poco aceptables. Ese muchacho era dueño de casa y animales en un país en el que mucha gente no tiene absolutamente nada. Y, si eso es riqueza, si es una riqueza de la que uno huiría de buena gana, imaginad cómo debe ser la pobreza.

Está muy bien eso de que en Navidad todos colaboremos con miles de causas y nos preocupemos por los juguetes para los niños del tercer mundo, pero nuestro compromiso debe ser mayor y todos tenemos que esforzarnos para que a esos niños no les falten razones para quedarse en sus casas el día de mañana.

Un mundo mejor para ellos. Un mundo mejor para todos.


Dedicado a los que se esfuerzan por hacer un mondo mejor para todos.