¡Qué chulada de anuncio! Me ha encantado.
viernes, abril 09, 2010
domingo, abril 04, 2010
Recordando almas
Hoy pensaba en Santi. Le echaba de menos. Hace ya casi 3 años que se nos fue al encuentro del Señor.
¿Alguna vez os pasa que os quedáis pensando en gente y, cuando os queréis dar cuenta, estáis rodeados de personas que queréis (a pesar de que no estén), aunque sólo sea en el recuerdo?
Recordar a los que partieron es a veces triste. Notas esa sensación en los ojos, como de que estás a punto de abrir el grifo, pero no acabas de hacerlo. Sin embargo, son más veces las que el recuerdo es grato. ¡Tantos momentos...! ¡Tantas aventuras...! ¡Tanto cariño...!
Pienso en Santi y me acuerdo de Montaña, su madre, que le siguió el año pasado. Luego viene a mi mente Jorge, que vivió y murió en medio de sus aventuras apasionantes. Me acuerdo de Mar y me pregunto qué tal estarán su marido y sus hijos. El tío Alfonso, que adoraba la vida, luchó hasta el final contra la muerte, porque él no quería morirse. El tío Sabino, que dejó un agujero en tantos corazones... María... En mi mente siempre será esa niña pequeña con la que jugaba. ¿Y qué me decís de mi Aitite? Ése sí que era un hombre sencillo y luchador, con sus paseos, su huerta, su trabajo, superando una hemiplejia y sacando nada menos que 7 hijos adelante. Y ahora me viene a la mente Don Francisco, al que quieren hacer santo.
¡Cuánta gente buena, Señor, que ya está Contigo! Ojalá, algún día, nosotros también.
¿Alguna vez os pasa que os quedáis pensando en gente y, cuando os queréis dar cuenta, estáis rodeados de personas que queréis (a pesar de que no estén), aunque sólo sea en el recuerdo?
Recordar a los que partieron es a veces triste. Notas esa sensación en los ojos, como de que estás a punto de abrir el grifo, pero no acabas de hacerlo. Sin embargo, son más veces las que el recuerdo es grato. ¡Tantos momentos...! ¡Tantas aventuras...! ¡Tanto cariño...!
Pienso en Santi y me acuerdo de Montaña, su madre, que le siguió el año pasado. Luego viene a mi mente Jorge, que vivió y murió en medio de sus aventuras apasionantes. Me acuerdo de Mar y me pregunto qué tal estarán su marido y sus hijos. El tío Alfonso, que adoraba la vida, luchó hasta el final contra la muerte, porque él no quería morirse. El tío Sabino, que dejó un agujero en tantos corazones... María... En mi mente siempre será esa niña pequeña con la que jugaba. ¿Y qué me decís de mi Aitite? Ése sí que era un hombre sencillo y luchador, con sus paseos, su huerta, su trabajo, superando una hemiplejia y sacando nada menos que 7 hijos adelante. Y ahora me viene a la mente Don Francisco, al que quieren hacer santo.
¡Cuánta gente buena, Señor, que ya está Contigo! Ojalá, algún día, nosotros también.
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