lunes, junio 28, 2010

Hablar con propiedad de... Derechos

Hoy quiero retomar esta sección para intentar matizar algunos aspectos que encuentro poco claros cuando hablamos de derechos, propios o ajenos, en el debate social. 

No soy abogado, así que no voy a profundizar mucho en los términos, sólo voy a dar unas pinceladas para que todos podamos comprender de qué hablamos en cada momento. 

Derechos Humanos Universales



La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 es un documento aporbado por la ONU para garantizar una serie de derechos básicos a todo ser humano, garantizándole una vída mínimamente digna. En su día, sólo los 58 países miembros de la ONU lo subscribieron, con 48 votos a favor, 8 abstenciones y 2 ausencias. 

Muchos países han suscrito otros convenios, como la Carta Africana de los Derechos Humanos y de los Pueblos, la Declaración de Túnez o la Declaración de Bangkok, que amplían, limitan o matizan estos presuntos derechos universales, para que se adapten a sus formas culturales e ideológicas.

Por tanto, aunque hablamso de "Declaración Universal", hay que aceptar que no están universalmente reconocidos y que, incluso los países que subscribieron la declaración, los violan sistemáticamente cuando les conviene. 

Derecho natural

Es el derecho de dimana de la naturaleza propia de las cosas. Se entiende que existen unos derechos básicos que son inherentes a la condición humana y que están por encima del derecho positivo y, a su vez, justifican la existencia de éste. La Declaración Universal de los Derechos Humanos sería un intento de plasmar en derecho positivo los principios del derecho natural.

Parte de la idea de que la verdad existe, lo cual choca con los planteamientos relativistas que consideran que el derecho es aquello que se legisla y que su concreción depende del arbitrio de la voluntad del hombre. 

Considera tres verdades básicas en las que se sustenta:

1. El hombre es un fin en sí mismo. 

2. El ser humano es racional. 

3. El ser humano desea vivir y hacerlo de la mejor forma posible. 

Los detractores del derecho natural encuentran su objeción en la variabilidad de las conductas humanas. 

Derecho positivo

Es el conjunto de normas jurídicas escritas y vigentes en un contexto determinado y generadas por el legislador. 

El derecho postivo parte de las filosofías positivistas que consideran que es la voluntad del hombre (legislador) la que genera la norma y, por tanto, la que define el derecho. 


El derecho positivo entendido desde estas filosofías acepta que sólo existe un derecho: El generado por el legislador; frente a las corrientes naturalistas que entienden que existen dos derechos: El natural (conjunto de verdades y valores universales) y el positivo (que intentaría plasmar y desarrollar todas esas verdades y valores universales). 

Derecho consuetudinario

Es el derecho que dimana de las costumbres. Para que pueda considerarse, debe existir como un comportamiento repititivo dentro de la comunidad. Este tipo de derecho entiende que la comunidad puede ser una unidad pequeña y que el derecho sólo se aplica a ella. Así mismo, esa comunidad tiene que considerar esa conducta como obligatoria, de forma que no pueda obviarse, a riesgo de ser una violación de las normas de la comunidad. 

No todas las costumbres comunitariamente aceptadas pueden considerarse derecho consuetudinario, a menos que exista ese sentimiento comunitario de obligatoriedad. Aquí estaría el límite entre el derecho moral y la religión. 

Derechos de primera generación


Los llamados derechos de primera generación son aquellos que abarcan los aspectos sociales y políticos, basados en los principios de la Revolución Francesa. Estos derechos serían los recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Una de sus principales finalidades sería poner límites al estado frente al individuo.

Derechos de segunda generación

Tanto los derechos de segunda generación como los de tercera, dimanan del derecho positivo. 

Los derechos de segunda generación se basan en una tradición humanista y socialista y su finalidad es procurar mejoras en las condiciones de vida. De ellos dimana lo que llamamos "Estado de Derecho". Quedarían plasmados a modo de derechos constitucionales.

Derechos de tercera generación

Son los derechos relacionados con la calidad del entorno, basándose principalmente en tres pilares: Paz, desarrollo y medio ambiente. Son los llamados derechos solidarios. 

En general, son reclamados por grupos imprecisos de personas con un interés común. Entre ellos se encontrarían los derechos relativos a colectivos minoritarios, países desfavorecidos u oprimidos, pueblos con ánimo de autodeterminación... 

La aspiración máxima de estos derechos es verse concretados en declaraciones similares a las que recogieron los de primera y segunda generación.

Derechos de cuarta generación

Aunque muhcos consideran que los derechos de tercera generación están en fase de desarrollo, ya existe una pugna sobre cuáles deberían ser los próximos derechos a desarrollar. 

Algunos consideran que deberían ser los derechos asociados al choque entre la tecnología y los derechos de las personas. Su finalidad sería facilitar el acceso tecnológico a toda la población, de modo que no se convierta en una herramienta sólo al servicio de las élites y abarca principalmente al entorno del llamado "ciberespacio".  

Otros piensan que los derechos que se deben desarrollar son los llamados "derechos de los animales", cuya finalidad es equiparar la dignidad de cualquier animal, especialmente de los grandes simios, a la humana, confiriéndoles una serie de derechos que naciones y seres humanos deberán respetar. 

Hay quienes consideran que esta generación de derechos ya se está desarrollando, a través de documentos como la Declaración Universal del Genoma Humano y los Derechos Humanos y los distintos comités de bioética. Su misión sería marcar los límites entre el desarrollo biotecnológico y la dignidad de los seres humanos.

Estado de derecho

El estado de derecho es aquel en el que se cumplen las siguientes condiciones:

1. Existencia de diferentes órganos de poder del estado, asumiendo cada uno de ellos una de las funciones de gobierno. 

2. Esos órganos de poder deben actuar de forma autónoma, no pudiendo interferir en el funcionamiento de los otros. 

3. Debe estar clara la forma de acceso a la titularidad de dichos órganos, así que la forma de cese de esa titularidad. 

4. El poder debe estar institucionalizado y no personalizado.

5. Deben existir normas jurídicas aplicadas de modo que respeten, promuevan y consagren los derechos esenciales que dimanan de la naturaleza de las personas y de los cuerpos intermedios que constituyen la trama de la sociedad.

En definitiva, el estado de derecho es aquel en que la ley es la que guía la conducta de los ciudadanos.

sábado, junio 26, 2010

Burka vs Top Less


Parece que muchos ayuntamientos se sienten con la autoridad de legislar sobre cómo deben vestir quienes quieran pasear por sus calles. Miran con desconfianza a los colectivos musulmanes más radicales, que obligan a sus mujeres a vestir trajes que les cubran completamente (burka) o casi completamente (niqab) el rostro. Dicen que es un comportamiento machista y han decidido liberar a esas mujeres que, por otra parte, no se lo han pedido.

Y, reflexionando, me pregunto: ¿De verdad están haciendo un favor a esas mujeres?

Hace poco leí en prensa a un hombre que, ante la aprobación de una de estas leyes en su municipio, afirmaba que la solución no pasaba porque su mujer no saliera vestida con la prenda prohibida, sino porque no saliera de casa en absoluto. El peligro de estas leyes es que, con su presunto afán de liberar a esas mujeres, las conviertan en prisioneras en sus propias casas. 

A mí, personalmente, estas prendas no me gustan, pero entiendo que, si una mujer vive en un entorno social concreto en el que no le queda más remedio que utilizarlas, mejor será que pueda salir a la calle con ellas, a que tenga que quedarse encerrada de por vida. Eso no quita que la autoridad competente (la policía, especialmente) pueda pedirles que les muestren su rostro para poder identificarlas, o que sus documentos de identidad (tarjeta de residencia, pasaporte, DNI, carné de conducir...) tengan que llevar la consiguiente foto. Sin embargo, si para ellas mostrar su rostro es comparable a lo que para mí sería quedarme desnuda, tampoco me parece mal que ellas puedan pedir que quien confirme su rostro sea una mujer y no un hombre (igual que yo puedo pedir que me cachee una mujer).

En cualquier caso, y desde varios puntos de vista, me parece que requiere un poco de reflexión el hecho de legislar sobre el vestir de las personas en la vía pública.

¿Se legisla sobre el vestir o sobre los símbolos religiosos?


La pregunta no es falaz, puesto que si lo que nos están marcando es unos máximos de partes del cuerpo que podemos llevar cubiertas, ¿será legítimo taparse la cara con el gorro y la bufanda en invierno? Y, por otra parte, ¿por qué no se legislan unos mínimos para que no tengamos que sufrir el penoso espectáculo de mujeres casi desnudas (generalmente prostituidas, que me parece un maltrato mayor que el otro), que además sucede delante de los ojos de nuestros niños (que merecen un poco más respeto hacia su inocencia)?

Si, por el contrario, se está betando este modo de vestir por ser una manifestación visible de sus convicciones religiosas, me parece que nos estamos saliendo del tiesto. ¿Acaso no vivimos en un país libre en el que cada uno puede creer (o no) en lo que quiera? ¿Y no tenemos libertad de expresión? ¿Y de conciencia? Entonces, ¿por qué debería prohibirse a nadie vestirse del modo que mejor le parezca, según sus convicciones religiosas?

En conclusión, veo en esta medida proteccionista más un deseo de control, que un interés real por las mujeres (como suele pasar casi siempre).Si el uso de la prenda es impuesto, será a través de la educación de hombres y mujeres como conseguiremos que las presiones desaparezcan, hasta permitir que ellas mismas elijan. Si la elección es de las propias mujeres, que consideran que es lo mejor para ellas, entonces ni yo, ni el ayuntamiento, ni nadie, tenemos derecho a decirles cómo debería vestir, siempre que ellas también estén dispuestas a transijir cuando sea necesario.


Y que nadie me malinterprete: Creo que puede haber normas sobre el vestir (especialmente relacionadas con el pudor y la seguridad), pero creo que el discurso político para imponer esta legislación sólo incide en un interés creado para coaccionar a una parte de la población a que se amolde a los deseos de la mayoría por un prejuicio cultural y religioso y, en ese sentido, me parece mal.

viernes, junio 11, 2010

¿Democracia o la dictadura de unos pocos?



A muchos se les llena la boca al hablar de democracia. Grandes palabras. Hablan del poder del pueblo, de su capacidad de elección. Sin embargo, yo me cuestiono si lo que tenemos en este país es democracia o sólo demagogia.

He tenido que aguantar muchas veces a gente de la generación anterior que nos señala con el dedo y nos acusa de no tener ideas políticas, de no estar comprometidos, de no implicarnos. El tema es: ¿Qué han hecho los políticos por nosotros? En líenas generales, me temo que sólo complicarnos la vida.

Primero cambiaron el sistema educativo, para que saliéramos peor preparados, tanto del colegio como del instituto. Y, claro, como no teníamos nivel, las universidades tuvieron que inventarse los "cursos 0" para intentar que al menos pudiéramos seguir las clases de primero.

Al terminar de estudiar, fueron los contratos temporales, luego los contratos en prácticas, después las prácticas no remuneradas... (en orden de creación, porque nosotros los vivimos justo al contrario) Todas ellas, soluciones para el problema de la difícil incorporación de los jóvenes al mundo laboral. Trabajo precario, mal remunerado y no reconociendo nuestra formación académica.

Llegado el momento, nos prometieron vivienda protegida para que pudiéramos comprarnos una casa algún día, a pesar de la especulación inmobiliaria de la que habían sido protagonistas (¡anda que no se habían llenado los bolsillos!). Eso sí, por sorteo, con condiciones arcanas (como haber vivido toda tu vida en el municipio en el que hacían el sorteo) y casas con un máximo de 2 dormitorios, no vaya a ser que, además de jóvenes y pobres, quisiéramos tener hijos.



Después, como la lotería no puede tocar a todo el mundo, se inventaron la ayuda a la emancipación. Sonaba muy bien, aunque para conseguirla tenías que lidiar con la administración de una manera más absurda que Asterix en las 12 pruebas. Eso sí, si te la adjudicaban, era sin retención, para que pueda llegar hacienda con las rebajas (y sin previo aviso) y hacerte devolver todo lo que puedan. ¡Anda que no saben!

El tema es que tenemos muchos pisos vacíos y el único mercado que ha funcionado nunca en este país parece ser el del ladrillo, así que vamos a quitar la desgravación en la compra de primera vivienda para que los jóvenes compren deprisa o no puedan comprar un piso en su vida y tengan que alquilar, que es el modo que tiene el gobierno de fomentar el alquiler. 

Y el caso es que la natalidad está baja, así que decidieron ayudar con 2.500 € a los jóvenes insensatos que tuvieran a bien traer un niño al mundo. Pero claro, como ese dinero se lo gastaban en viajes, en lugar de en pañales (¡que tienen un 16% de IVA, y tendrán un 18% ahora cuando lo suban!), mejor les quitamos la ayuda para generar más plazas de guardería (y si alguien prefiere buscar a alguien que le cuide al niño para que no esté malo todo el día, más le vale ser rico). El tema es que ni siquiera tienes derecho a una plaza de guardería, porque no hay ni para la tercera parte de los solicitantes, así que más te vale tener ahorros, porque las guarderías concertadas tampoco tienen plazas y te tocará mandar a tus hijos a una privada.
Además, por si la LOGSE no destrozó a bastantes niños, llegan con la LOE para acabar lo que empezaron: Un nivel aún más bajo y con adoctrinamiento ideológico obligatorio. Y, por supuesto, con los puntos que puedes llegar a sumar siendo una persona honrada, jamás conseguirás que tus hijos entren en un colegio concertado ni público mínimamente digno, por lo que, o tienes pasta para el privado, o prepárate a sufrir. A eso hay una alternativa, educar a tus hijos en casa; eso sí, con la amenaza estatal de quitarte su custodia y mandarte a la cárcel (al menos los tribunales siempre han dado la razón a los padres homeschoolers, que es un triste consuelo).

Luego está el tema de las libertades, que son demasiadas. Hay que ir regulándolas para acotar bien lo que la gente puede y no puede hacer, puede y no puede decir, puede y no puede pensar, puede y no puede creer. Todo muy políticamente correcto, eso por supuesto.

Más te vale que no te roben, atraquen, hurten... Incluso más te vale que no te den una puñalada o te violen, porque el sistema policial y la justica no van a hacer nada por ti. Eso sí, para poner multas y recaudar son estremadamente eficientes. Y no se te ocurra dar un cachete, pegar un grito o "corregir moderadamente" a tus hijos, porque te buscas la ruina. La misión de la justicia es ser lenta y floja cuando te defiende a ti, pero como se te ocurra defenderte de quien intenta robarte/matarte, será terriblemente contundente para proteger al agresor.



Después hay que fijarse en para quién legislan: Para los que benefician al partido de turno. Ahora son la SGAE, los gays, la federación de clínicas abortistas, el cuerpo sindical... Así que, a pagar canon, a sufrir condenas más fuertes por poner la radio en tu tienda sin pagar canon que por atracar a mano armada, educación sexual obligatoria con un sesgo ideológico marcadísimo, mujeres que no reciben ayudas para afrontar su embarazo y son víctimas del maltrato del aborto, seres humanos exterminados por ser inoportunos o imperfectos, sindicatos que no defienden a los trabajadores, porque su principal esfuerzo es para mantener sus cotas personales de poder... Y todo a nuestras costillas, aunque no estemos de acuerdo. 



Yo no he vivido en una dictadura, pero nunca me he sentido más oprimida y con menos libertades que con el gobierno actual. El caso es que miras a la oposición, que debería ser una alterntiva, algo distinto, y ves al mismo perro con otro collar. Buscas otras fuerzas políticas, otras opciones, y sólo ves collares de distintos colores para intentar ocultar lo que hay de verdad, una clase política rabiosa que habría que erradicar, porque no tienen ideales, no quieren cambiar a mejor la vida de los ciudadanos; sólo llenarse los bolsillos y perpetuarse en el poder. 

¿El poder del pueblo? Ni de coña. ¿El poder de los poderosos, los manipuladores y los incompetentes? No lo descarto.