Paseando por la calle, encontramos un gran número de personas, especialmente entre la juventud, que se identifican con un grupo social concreto por el modo de vestir, la música y otros rasgos culturales que les convierten en lo que se conoce como: Tribus urbanas.
Por alguna extraña razón, se ha tendido a incluir a los llamados "frikis" dentro de esta clasificación, utilizando estereotipos de personas obsesivas, crédulas, inadaptadas socialmente y poco cuidadas. Ésta es la razón por la que, cuando encuentras a un friki por la calle y le informas de que lo es, reacciona muy negativamente, puesto que no se siente parte de ese grupo de personas extrañas con que le asocias.
Ser friki no tiene nada que ver con obsesionarse con las cosas, creer que la ciencia ficción es real, no tener amigos o ser una persona de dudosos hábitos de higiene. El friki suele ser una persona de nivel cultural medio-alto, con un importante interés por la cultura general y un gran deseo de desarrollar su creatividad y su sentido estético; en un marco socio-cultural alternativo al borreguismo que impera en la sociedad general, aletargada por el sueño de la ignorancia y embriagada por los aromas de la tele-basura y la publicidad.
Lo primero que uno tiene que comprender cuando se acerca a la realidad de los frikis es que no todos son iguales. Bajo esta denominación se ampara un amplio grupo de personas con intereses muy dispares, en ocasiones opuestos. Sin embargo, todas ellas tienen algo en común: Una búsqueda sincera de algo más allá de lo que su vida y su sociedad inmediata les ofrece. Lo pueden encontrar en juegos de rol, la literatura fantástica, de ciencia ficción o histórica, los juegos de estrategia o matemáticos, el cine, el comic, el dibujo, la escritura o cualqueir otro medio de expresión de ideas, sentimientos y sensaciones que vaya más allá de lo que les viene dado por una sociedad alienante, decadente y desencantada.
El friki es una persona con altos ideales, que cree que las cosas pueden ser y pueden hacerse de una forma diferente. Por ello, emplea su imaginación y todas sus potencialidades poniéndolas al servicio de su causa; que no tiene por qué ser salvar al mundo, pero sí mostrarle que existen alternativas a un modo de vida que arruina las ilusiones y los sueños que habitan en lo más profundo del corazón del hombre. Mientras otros acallan esa voz que clama desde lo más íntimo de su ser, estas personas han optado por, no sólo escucharla, sino dejar que se exprese con libertad en esta tierra en que ser libre está mal visto, porque rompe con los prejuicios de la mayoría de las personas.
Gracias a este grupo de personas del que hablamos, de esta comunidad friki, que se encuentra mucho más cerca de nosotros de lo que pensamos; podemos disfrutar de una manera de entender el arte que no es nueva, pero resulta innovadora: Las artes gráficas crean monstruos, quimeras y un sinfín de situaciones capaces de mover el corazón; el séptimo arte, el cine, inunda las pantallas de ideales que parecían perdidos en una sociedad relativista, en la que luchar por el amor y la justicia parecen no tener cabida; miles de sueños anidan en las palabras de los literatos, dando lugar a una inmensidad de mundos e historias que vuelven a ilusionar a jóvenes y adultos, como sólo habían logrado hacerlo las obras de Homero, Cervantes o Julio Verne; así mismo, renacen en nuestra cultura dos fenómenos que ya existían, pero que cobran un nuevo significado. Hasta ahora, los dibujos animados y los tebeos eran sólo cosas de niños que no tenían cabida en la vida adulta. Sin embargo, las influencias americanas y, principalmente, orientales, nos ayudan a recuperar estas formas de expresión que en sus orígenes estaban más orientadas a un público maduro que infantil. El arte parece encontrar nuevos caminos a través de la exploración de antiguas formas de expresión que se tornan innovadoras.
Los frikis están creando una cultura nueva, también a través de la tecnología, en la que descubren nuevos modos de expresión y comunicación; estructuras innovadoras para compartir sus descubrimientos y sus obras. Porque, señores, Pérez Galdós ya no se reúne en La Fontana de Oro, sino en el foro literario; y los artistas ya no publican su obra en un diario a modo de suplemento, sino en una web, en la que pueden interactuar con sus lectores, como no había sucedido hasta ahora.
Se habla de una tribu urbana, pero no me parece un término adecuado. Nos encontramos ante un fenómeno que está cambiando ideas, planteamientos y ofreciendo novedad a una sociedad que se estanca en la rutina y el aburrimiento. Lo frikis pueden ser el oasis de una forma de entender la cultura diferente, que cobra fuerza en manos de la élite intelectua formada en nuestras universidades. No sería descabellado pensar que nuestro futuro cultural está en sus manos.
martes, mayo 10, 2005
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3 comentarios:
Cabe destacar,que cada vez somos mayoría y aquellos que nos desprecian están quedandose en una mínima minoría (valga la redundancia).
Por cierto, espero que te refieras a "friki postmoderno" como geek,debido a que tras "Crónicas Marcianas",el concepto de friki ha ido declinando a persona travestida que saca discos y es objetivo de la prensa casposa.
Un saludo.
¿De verdad crees que yo me rebajaría a codearme con gentuza como la que sale de "Crónicas Marcianas"? Yo estoy hablando de gente culta y con ideales, no de una panda de analfabetos que venderían a su madre por una exclusiva.
Me considero friki, me puedo considerar "ilustrada", me parece estupenda tu apologia....
Pero posmoderna nunca!!!
Lo que no entiendo es que se nos vea peor por reunirnos a hablar de "nuestras cosas raras" que como se ve a los borregos "normales" que se reunen para emborracharse y "a ver que pillan". Pensar ahora es libre, pero parece q sigue estando mal visto
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