Noche de verano. Calor sofocante en Madrid. Huele a humedad.
Por la ventana se ve el movimiento de las ramas. La abro y oigo el sonido de los objetos arrastrados por el viento, las hojas de los árboles rozándose.
Aires de tormenta.
La humedad en el ambiente trae promesas de frescor y olor a vida.
Una luz rasga la noche. El trueno se hace esperar.
Las nubes están lejos.
Mi cabeza por la ventana. El rechinar de las poleas. Ropa seca todavía, mejor rescatarla ahora.
Aire freco. Aire húmedo. Aire que acaricia mis sentidos.
Todo está hecho. No hay más que recoger. Pero yo no me recojo.
Medio cuerpo por la ventana. Cara a contraviento. Pelos a la virulé.
Cabeza de perro.
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