martes, diciembre 25, 2007

¡Feliz Navidad!

Sé que hace tiempo que no escribo, pero me he mudado y no tengo internet en casa, así que aprovecho que estoy pasando unos días en casa de mis padres para añadir esta nueva entrada.

En primer lugar, desearos a todos una Feliz Navidad y un próspero Año Nuevo.

He conocido gente que ya ni siquiera celebra la Navidad, también algunos que consideran que debería olvidarse toda conexión religiosa de la misma, para no herir los sentimientos religiosos (o más bien no religiosos) de aquellos que no se sienten vinculados al misterio del nacimiento de Jesús.

Es cierto que no se sabe si Jesús nació el 25 de diciembre o el 4 de mayo (por poner un ejemplo), pero se eligieron estas fechas para celebrarlo porque coincidían con el solsticio de invierno. De ese modo, el nacimiento de Jesucristo se identifica con el cambio de la oscuridad a la Luz. Se marca el inicio del tiempo en que los días son cada vez más largos, en que las tinieblas se repliegan para dar más espacio a la Luz. Por eso, en el Evangelio que se proclama hoy en la misa del día (Jn 1, 1-18), podemos leer: "En la Palabra (el Hijo, Jesús) había vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió. [...] La Palabra era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre."

Palabra, Luz y Vida son los tres nombres más repetidos en la lectura de hoy para desingnar a Jesús.

Navidad se refiere a la Natividad, es decir, al nacimiento de Jesús. Supongo que por eso hay tanta gente que ahora se dedica sólo a "felicitar las fiestas", que es mucho más neutral.

Sin embargo, lo siento. Aunque Cocacola nos venda a Papá Noel como un gordinflón vestido de rojo, la tradición viene de San Nicolás, en unos países, y del propio Niño Jesús, en otros, encargados ambos de dejar regalos a los niños que se portan bien durante el resto del año. Así mismo, en España, la tradición nos lleva a celebrar a los Reyes Magos el día de la Epifanía del Señor, es decir, rememorar a los Magos venidos de Oriente a adorar al Rey que había nacido. Es cierto que lo de que fueran reyes es parte de nuestra tradición, porque la biblia no lo menciona para nada, pero, en última instancia, lo relevante es que todas estas fiestas tienen un profundo sentido cristiano.

Yo comprendo que hay personas que no pertenecen a esta religión y lo respeto. Pero, del mismo modo que la Semana Santa es parte de una celebración religiosa, también lo es la Navidad. De hecho, son las dos Pascuas (pasos del Señor) que celebramos los cristianos. No es de extrañar que, en un país con profundas raices cristianas, festejemos estos días como lo hacemos.

Cada uno celebrará (o no) estos días como considere oportuno, pero es ridículo intentar ocultar que el motivo por el que hablamos de buenos propósitos, paz y amor tiene sentido por el mensaje original de esta fiesta que es la Natividad del Hijo de Dios.

Espero, en cualquier caso, que, creáis o no, lo celebréis o no, queráis o no... Paséis unos días felices y marcados por la Luz, la Vida y el Amor.

¡FELIZ NAVIDAD!