jueves, enero 31, 2008

¿Norte vs Sur?

Hacía mucho que no escribía, más de un mes. Esto de no tener internet en casa limita bastante.

Acabo de leer una entrevista a un inmigrante que pronto será repatriado a su país y, tras hacerlo, me he quedado con la sensación de que somos muy egoístas al no dar salida a esas personas de sus situaciones de pobreza. En este caso, además, su padre y hermanos habían muerto, dos de ellos asesinados, y no sabía nada de su madre desde que emprendió su viaje a la "tierra prometida".

El problema es que no llegó a tierra, ni se cumplieron las promesas. La mafia prometió llevarle legalmente a Gran Bretaña, pero le embarcaron hacia Italia y, por supuesto, sin papeles. Al final, su destino es volver a una tierra en la que nada le queda, pues incluso sus casa y sus animales tuvo que vender para pagar el primer plazo del viaje. Tiene miedo, porque a donde va ya sólo le esperan el olvido y la muerte. No tiene familia, ni hogar, ni esperanza... Lo ha perdido todo. Sin embargo, no se arrepiente de haberlo intentado. "Nuestro único crimen es querer un lugar seguro donde vivir."

¿No es justo lo que pide? Y, sin embargo... ¿Podemos permitirnos abrir nuestras fronteras y dejar que venga quien quiera?



Creo que la respuesta es "no". Si dejáramos que viniera quien quisiera, pronto tendríamos unos niveles de paro y marginación aún más grandes que los que tenemos y, en realidad, estamos en el principio de una depresión económica que nos va a afectar a todos. Puede sonar egoísta, pero creo que no tiene sentido dejar entrar la más pobreza de la que nosotros solo generamos y, sin embargo, esas personas merecen algo mejor.

El problema de la inmigración es complejo, porque hay zonas ricas donde se vive con comodidades y, ¿no te irías tú a pedir al metro de una gran ciudad de otro país si con eso pudieras mantener mejor a tu familia que con tres sueldos ganados con mucho esfuerzo en tu lugar de origen? ¿No es legítimo desear algo mejor?

Como el problema es complejo, también lo es la solución. El tema de las cuotas de inmigración y todo eso está muy bien, pero la mejor forma de contener los flujos migratorios ilegales es conseguir que no salgan de su país. Y no, no me refiero a que hundamos sus embarcaciones cuando entren en nuestras aguas nacionales, ni a que quememos todas las barquichuelas de África. La solución es que esas personas no sientan esa necesidad de salir de sus casas, porque allí puedan tener una vida digna que les ayude a tirar para delante y a no tener esas carencias.

Los inmigrantes nunca son lo más pobre de su tierra, sino, generalmente, personas con niveles económicos un poco aceptables. Ese muchacho era dueño de casa y animales en un país en el que mucha gente no tiene absolutamente nada. Y, si eso es riqueza, si es una riqueza de la que uno huiría de buena gana, imaginad cómo debe ser la pobreza.

Está muy bien eso de que en Navidad todos colaboremos con miles de causas y nos preocupemos por los juguetes para los niños del tercer mundo, pero nuestro compromiso debe ser mayor y todos tenemos que esforzarnos para que a esos niños no les falten razones para quedarse en sus casas el día de mañana.

Un mundo mejor para ellos. Un mundo mejor para todos.


Dedicado a los que se esfuerzan por hacer un mondo mejor para todos.