martes, noviembre 08, 2005

El regalo de vivir

Una vez más, me siento frente al teclado con una idea vaga de lo que quiero escribir. En realidad, me gustaría que fuera una oda a la vida, pero no sé qué saldrá.

Últimamente, he visto cosas terribles, imágenes impactantes de personas en estados deplorables: Documentales sobre la segunda guerra mundial, fotos de personas famélicas, muertos en reyertas... Algunas eran nuevas, otras más antiguas, todas espeluznantes. Creo que lo peor fue la que me hizo enterarme de cómo se practica el aborto por parto provocado, que es legal en Estados Unidos.

Supongo que muchos pensaréis que un cigoto no tiene ningún valor, pero yo creo que es una persona, pequeñita e indefensa, pero ser humano con vida propia, al fin y al cabo. En cualquier caso, creo que esta práctica es atroz, incluso para aquellos que se posicionan cerca del aborto. Se practica en los tres últimos meses de gestación (entre los 6 y los 9). Teniendo en cuenta que un bebé que nace a los seis meses puede sobrevivir y que uno de siete lo hará con muy pocos problemas, teniendo un desarrollo totalmente normal, creo que es una salvajada.

La intervención consisten en inducir el parto, entonces, el médico introduce unos forceps y agarra a la criaturita por un pie, lo extrae tirando de él y, justo antes de que saque la cabeza (que sale después que el resto del cuerpo), le practican un orificio en la base del cráneo, por el que introducen una vía. La vía va conectada a un aspirador que extrae toda la masa craneoencefálica, con la consecuente muerte del pobre infante. Por supuesto, se practica sin anestesia, en un ser vivo que tiene el sistema nervioso totalmente desarrollado, es decir, que sufre y padece como tú y como yo.

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La imagen que me traumó


En otras ocasiones, dejan que el niño nazca vivo, pero no le prestan ningún tipo de atención médica. Se limitan a dejarlo ahí hasta que muera y luego certifican su muerte. Es atroz. Es un asesinato. Es un atentado contra los derechos humanos y del niño. Es legal en Estados Unidos.

Me parece aberrante que se hagan este tipo de cosas. Con lo hermosa que es la vida, con el valor incalculable que tiene cada uno de los pequeños seres que habitan este planeta. Nos parece terrible que el tigre, el urogallo y un montón de especies más estén al borde de la extinción, y eso es bueno. Nos resulta aberrante que alguien cuelgue a un galgo de un árbol y lo deje morir, porque ya no sirve para la caza como cuando era joven, y es normal. Estamos plenamente concienciados de lo importante que es cuidar el bosque, el mar... La vida que nos rodea. Pero no valoramos la vida humana.

Criticamos a Hitler porque mataba a aquellos que tenían alguna tara física o psicológica, pero nosotros hacemos lo mismo; sólo que más pronto y de un modo más aséptico. Nos parecía atroz que los romanos abandonaran los niños no deseados en un vertedero, nosotros los dejamos morir en una sala de material. Se nos ponen los pelos de punta pensando en la esclavitud americana, pero compramos zapatillas de marcas que utilizan niños en un régimen de semiesclavitud (por no llamarlo esclavitud del todo) clarísimo. Pensamos que hemos evolucionado, que nuestra sociedad protege mejor a los débiles, pero no es cierto. Somos más limpios y meticulosos, pero no mejores que los que nos precedieron.

La vida es un regalo único que se nos hace a cada uno. Sólo una vez, por un tiempo limitado. Podemos aprovecharla y sacar el 100% de ella, o dejar pasar ese tiempo sin que nada haya valido la pena. Hay gente que ha entendido tan poco de qué va esto, que incluso renuncia a ella antes de tiempo, tal es la trájica situación en la que vive.

Todos tenemos en los ojos lágrimas que se derraman, pero también en los labios sonrisas que florecen. Poco a poco, nuestros cuerpos van perdiendo vigor y fuerza, mientras nuestras mentes se llenan de recuerdos dulces y amargos que danzan como ninfas. El corazón late de forma más pausada, pero más regular y rítmica; como nuestros amores se vuelven menos fogosos, pero más estables y puros. Nuestros cabellos encanecen y caen, nuestros sueños se arraigan y toman formas reales. Los padres se marchan y los hijos crecen. Los días pasan y, en el último aliento, todos esperamos poder decir esas palabras: "Ha valido la pena", "he disfrutado mi vida", "no cambiaría nada", "he sido feliz" o, aún mejor, "te quiero".

Piensa en lo que te dirías hoy y lo que te gustaría decir. Si es lo mismo, sigue así. Si no, aún estás a tiempo de cambiarlo todo para cumplir tu objetivo. ¡Ánimo! El camino no ha hecho más que empezar.


Dedicado a todos los niños a los que se les niega la oportunidad de elegir.

1 comentario:

Audril dijo...

Totalmente de acuerdo con el artículo. La madre podrá elegir si quiere ese niño o no, pero eso no la da derecho a poner y disponer de su vida como la venga en gana. Si una madre mata a su hijo, va a la cárcel. Esto al fin y al cabo es lo mismo, aunque este socialmente aceptado.

Por ello, creo que lo que hace falta es menos aborto y proporcionar una educación sexual decente y sin tabús desde los colegios, que aprenda a verse el sexo como algo totalmente normal, que forma parte de nuestra vida y que hay que saber tener responsabilidad como con la mayoria de las cosas. Enseñar que los medios anticonceptivos son imprescindibles para no llegar a este tipo de situaciones tan desagradables, (y no ya sólo esto sino por la prevención de enfermedades).